Sobre mi Arte

Cuando me enfrento a la tela, dejo que me hable; me dejo llevar por el color, la mancha, lo abstracto, el agua, lo fluido. Nace una conversación lúdica entre la espátula, el pincel, los dedos, el pigmento, los colores y yo.

Exploro, experimento y comienzo a esperar que se muestren personajes y símbolos que comienzan a aparecer entre las manchas, a veces tímidas, a veces con total seguridad de su existencia, en diálogo consigo misma o con otros.

En mi mundo creativo (tanto en la pintura como en el modelado con arcilla en lo que a veces incursiono), está muy presente el mundo interior femenino, que convive con otros mundos íntimos femeninos, con sus amores y desamores, la maternidad, el mundo emocional, el mundo de las ideas, sus pasiones, sus máscaras, sus trajes, sus fantasías y también conviven con el fuerte sentido de la trascendencia y la espiritualidad.

Aquí no hay de serio o grave: hay de juego, de desenfado y atrevimiento, hay un mundo de posibilidades, donde la fuerza del color expresa y vitaliza al espectador que se detiene frente a la obra, provocando e invitando a terminar historias y anécdotas, no dejando indiferentes.

Mi proceso creativo está marcado por diferentes maestros, como Gonzalo Cienfuegos, Humberto Nilo, Milán Ivelic, Gastón Soublette y Elba Reyes, quienes estuvieron en mi camino universitario en el Campus Orientes de la UC y más tarde, cruzan e influencian mis trazos. También lai participación en los talleres de connotados artistas como Ángeles Padro, Daniela Ponce, Macarena Vicuña, Francisca Valenzuela, María Elena Mardones, Luz María Benevente, Erna Pohl y la inolvidable ilustradora Carolina Duran, quien me aportó plasticidad, espontaneidad y confianza a mi obra.

Las mujeres de mi obra son mujeres de mi historia y mi niñez. Algunas de ellas han aparecido en mi consulta, con sus historias, fortalezas, encuentros, desencuentros, miedos e inseguridades, pasiones, fortalezas, desenfados. Ellas se tiñen con matices de ilusiones, posibilidades, arquetipos, símbolos e imaginarios personales y colectivos. Cada una de ellas tiene una parte de mí, que a su vez, contiene una parte del todo; materia, poesía, espíritu y una gran cuota de emoción.

La expresión, los pinceles, lápices, colores, barras, pegamentos, tijeras, lanas, agujas, palillos, crochet, telares, alambres y más, son sólo un pretexto para crear. La necesidad de dar vida a algo nuevo, de tener proyectos, ha estado presente en mi vida desde que soy consciente. Es mi motor y a la vez mi remanso, significa un meditar haciendo, estando en el presente con todos mis sentidos, en comunión sagrada con la obra, en el aquí, en el ahora.

Un abrazo, Rosario.