Mi nombre es Rosario Gallego, terapeuta y artista con más de 23 años de experiencia en cada área. Soy una agradecida por trabajar en lo que amo; pintar, crear, diseñar y acompañar procesos humanos de sanación t transformación.
Soy muy apasionada, creativa, estudiosa, perseverante y también algo dispersa por mi alto grado de creatividad.
Cómo terapeuta y coach ontológico, te acompaño a conocer más de tí, a sanar tus heridas, ayudándote a superar tus crisis, mientras te enseño a gestionar tus emociones, creencias, juicios, utilizando herramientas del mundo del inconsciente que te conecten con quién realmente eres, y así lograr coherencia, bienestar y transformación personal.
Desde hace más de dos décadas estoy en constante formación, estudiando y adquiriendo conocimiento que me permitan acompañarme, y acompañar mejor, a quiénes vienen a mi en busca de bienestar; flores de Bach, terapias expresivas, constelaciones familiares, canalización, superación de traumas, psicoplástica, arteterapia, coaching ontológico y lectura decodificadora del inconsciente, herramientas que me ayuden a llegar a la raíz de los conflictos, a las fechas de tus eventos traumáticos y/o dolorosos que no tenías conscientes y que están interfiriendo en tu vida actual.
Me atrae y valoro todo lo que el mundo del inconsciente nos entrega: símbolos, metáforas, lo onírico, arquetipos que resultan ser verdaderos puentes hacia el lenguaje del alma. Inspirada y aprendiz constante de la psicología junguiana.
Considero que nuestras historias nos pertenecen, más no nos condicionan, y lo que hacemos con ellas, es decir, que rol queremos asumir, es lo que nos diferencia para vivir en libertad, coherencia y paz interior. De esa forma, podemos elegir ser víctimas y también podemos elegir ser protagonistas; y siendo protagonistas es cómo pondremos límites y decidiremos nuestro accionar.
Mi experiencia personal con la sanación.
A los 28 años sufrí crisis de pánico. La sentí como una real e inminente muerte. Quienes la hayan padecido, sabrán lo que estoy relatando: sudoraciones, hormigueos, calambres, taquicardias, mucho miedo…incluso sensación de muerte.
Después de ejercer durante 16 años, y aunque enamorada de mi vocación como docente de arte, mi rumbo cambió radicalmente. Lo que hasta ahí había sido una crisis, resultó ser mi mayor recurso para acompañar a otras personas que estaban transitando por dolores y momentos difíciles, ayudándoles con las herramientas que a mí me habían sanado y me habían devuelto a la vida.
Aprendí a valorarme, quererme y respetarme. Fue un trabajo largo de ir quitando capa a capa las erróneas percepciones que fui construyendo de mí misma.
Desde niña fui especialmente sensible, intuitiva y con una especial capacidad para sentir las emociones de otros. Lo que en esos momentos era mucho para mí, en mi adultez se convirtió en uno de mis recursos más importantes para tener una profunda y verdadera conexión con quien me consulta.
Valoro tremendamente la creatividad, y escucha bien, no es exclusiva de los artistas, nos pertenece a todas/os y es uno de los recursos personales más valiosos a explorar. Desde ahí podremos fluir para encontrar diversas soluciones y perspectivas para llevar nuestra vida, que es una constante de cambios.
Nuestra sociedad no fue educada en emociones, y muchos de los conflictos que sufrimos se deben a que no sabemos gestionarlas, tanto en el índole familiar como laboral. y sin duda en la relación con nosotras/os mismas/os. Se debe a eso mi motivación al enseñar de ese ámbito de nuestra esencia como seres humanos y espirituales.
Te invito a crear un vínculo afectivo y amoroso contigo misma/o; a aprender a vivir tu vida con mayor bienestar; a explorar tu creatividad; te invito a ser TÚ.
Un abrazo, Rosario.
